Eugenia Sousa: “Nos merecemos representantes que se deban a los ciudadanos y no que se nutran de ellos o los coaccionen.”
En las últimas semanas se han venido produciendo noticias que, a juicio de la formación naranja, hablan muy mal de la actitudes de dos de las delegadas de nuestra corporación. En relación a la delegada de Recursos Humanos la contratación de su marido por parte del Ayuntamiento como fontanero y la posterior renovación. En lo referente a la delegada de Comercio y Festejos la condena por amenazas dirigidas a una comerciante.
La coordinadora de Cs Utrera ha visto necesario pedir la dimisión a dichos responsables, por considerar que “han demostrado no tener claros los límites y las prioridades para el desempeño de sus responsabilidades. La delegada de recursos humanos debería haber desestimado la contratación de su marido de oficio, por el hecho de serlo, no contratarlo y además renovarlo como si no hubiera más fontaneros en Utrera”.
En relación a la Delegada de Comercio igualmente ha pedido su dimisión, al destacar “como agravante el hecho de haber amenazado a una ciudadana que además es una comerciante, area esta de la que es delegada y además hacer uso de sus facultades para amedrentar y atemorizar a dicha empresaria, es decir, lo contrario de lo que debería hacer”
Sousa ha afirmado que “ambas responsables han demostrado estar incapacitadas para ejercer sus funciones y haber perdido la confianza necesaria para poder desempeñarlas”
Continúa la representante de la agrupación recordando que “no es la primera vez que la delegada de Comercio da muestras de no entender la separación necesaria entre la esfera personal y pública, como demostró participando en un concurso entre distintos comercios de Utrera y teniendo la desfachatez de otorgárselo y aceptarlo, empleando el mismo además para obtener rédito político al donarlo para una causa benéfica”.
Termina defendiendo lo que a su juicio debería caracterizar la forma de actuar de los servidores públicos, que es pidiendo que “cualquier acto que se ejecute por ellos deben estar rodeados de la máxima transparencia y pulcritud en las formas e incluso llegar al exceso de celo. Nos merecemos representantes que se deban a los ciudadanos y no que se nutran de ellos o los coaccionen.”